Leonardo nos sorprende con su vida dedicada a la cocina, sus pinturas eran casi una obligación que le era impuesta por la corte y los que hacía eran casi a desgana la mayoría de las veces, por lo que estamos conociendo de él sabemos que le gustaba vivir intensamente sus fantasías y encontraba más satisfacción creando y estudiando que componiendo. Nos sorprende que su pintura sólo fuera para el un trampolín que le lanzaba a otras situaciones que le eran más gratificantes, sobre todo después de haber visto su Monalisa ya media decena de veces en el museo del Louvre y haber sentido un escalofrío que me recorría la espalda sólo con observarla cada vez.
siguiendo con la gran afición a la cocina de éste hombre que le duró hasta su muerte contaremos algunas anécdotas que de seguro harán las delicias de nuestros lectores, que por cierto cada día son más, lo cual agradecemos y que nos hace sentirnos útiles.
En sus escritos encontramos cosas tan peregrinas como la forma de sentar a un asesino a la mesa, la forma de comportarse, el poder medicinal de los alimentos, las cualidades que debe de tener un buen repostero, las sopas de sobre o un sin fin de anotaciones
En sus escritos encontramos cosas tan peregrinas como la forma de sentar a un asesino a la mesa, la forma de comportarse, el poder medicinal de los alimentos, las cualidades que debe de tener un buen repostero, las sopas de sobre o un sin fin de anotaciones
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